miércoles, 31 de marzo de 2010

Carta de Monseñor Nel Beltran a los Hermanos en la fe catolica

DIÓCESIS DE SINCELEJO


EL OBISPO DIOCESANO A LOS HERMANOS EN LA FE CATOLICA


Muy queridos hermanos en la fe católica:

En el contexto festivo de la clausura del Año Jubilar, conmemorativo del 40 aniversario de la Diócesis, siento mucho gozo de poder escribirles, acompañarlos en su camino de fe, y llamarnos a la unidad en el Espíritu.

Quiero clarificarles puntos centrales de nuestra fe y, sobre todo, invitarlos a reforzar la unidad de la Iglesia Diocesana. Les reitero que cuento con ustedes, ya que son el apoyo que el Señor dio a mi humilde ministerio.

1. La fe de la Iglesia Católica.
Los cristianos nos sentimos felices por la adhesión de fe que le damos a Jesucristo. Esta adhesión es unión con él por el amor de identificación en la amistad, por el amor de entrega en el servicio a la humanidad, y por la fidelidad a su mensaje liberador y salvador.

Su Espíritu nos hace experimentar el amor universal, inmenso e incondicional del Padre y, por este amor, disfrutar de la alegría de vivir y la libertad para amar sin ataduras. El Espíritu nos infunde una calidad de vida superior, que nos hace sentir plenos.

Esta fe adhesión personal al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, se vive en la comunión con los hermanos, la familia de Dios que llamamos Iglesia. No hay Cristo sin Iglesia y no hay Iglesia sin Jesús. El hombre no puede separar lo que Dios ha unido.


2. La libertad de la fe
Nosotros sabemos que vivimos una sociedad plural, en la que no todos profesan nuestra fe católica. Pero nosotros permanecemos gozosos en ella. Y trabajamos incansablemente por la comunión eclesial con el Papa y los Obispos, y entre todos los creyentes, seguros de que esa es la voluntad del Señor: Padre que sean uno como tú y yo somos uno para que el mundo crea que tú me has enviado (Juan 17,22-23)

A los que no están con nosotros en la Iglesia, les profesamos respeto y les ofrecemos amistad. Y les rogamos igual comportamiento para con nosotros. Ojala algún día podamos satisfacer el sueño del Señor, de ser un solo rebaño bajo un solo Pastor.

El respeto y el aprecio mutuo entre las diferentes religiones se debe fundar en la valoración mutua de nuestras creencias religiosas, y en el ordenamiento constitucional y jurídico de nuestra sociedad. Sin embargo, para nosotros, el máximo criterio de conducta es el Evangelio y el Espíritu de Jesús es la norma suprema de nuestras actuaciones.

La libertad religiosa es un derecho humano fundamental. Por tanto, si un laico o un ministro de la Iglesia quisiera predicar un Jesús diferente, un Espíritu diferente o un Evangelio diferente (cf. 2Co 11,4), esa persona, según la Constitución, goza del derecho de profesar convicciones distintas de las nuestras, y aún contrarias, y de divulgarlas y conseguir adeptos para su causa. Pero la autoridad de nuestra Iglesia está en el deber de advertir que ese comportamiento rompe la comunión con nuestra fe (cf. Ga 1,6-9). Y, para evitar ambigüedades, el nuevo movimiento debe declarar que ha roto con la Iglesia.

3. Novedades en la Iglesia Diocesana
El Martes Santo se clausura el Año Jubilar. Gloria y bendición al Señor que nos ha llenado de frutos. Eso lo proclamaré el Martes Santo en la Misa Crismal, esa gran Eucaristía en la que se hace visible la unidad de la Iglesia Diocesana: Obispos, Presbíteros, Diáconos; religiosas y laicos; todas las parroquias; una sola y misma Eucaristía.

Pero igualmente habrá novedades en nuestra Diócesis: programas nuevos, nuevas parroquias, esfuerzos particularmente fuertes en la promoción del laicado y en el cuidado y formación de los sacerdotes. Eso lo informaré también el Martes Santo.

Y claro está, para atender esa dinámica en crecimiento que el Espíritu suscita en nuestra Diócesis, y poder ejecutar nuevas tareas, habrá nuevos sacerdotes y nuevos nombramientos:

- Comienzo por agradecer a los religiosos franciscanos, claretianos y vicentinos, que dejaron nuestra Diócesis porque sus Superiores Provinciales los cambiaron. Y los enviaron a servir en otros campos de la viña del Señor. Abrazo con afecto paterno a los que llegaron en su reemplazo.

Les damos calurosa bienvenida a los Misioneros Redentoristas, que en el segundo semestre de este año, abrirán su primera Casa en nuestra Diócesis.

- En segundo lugar, despido con corazón agradecido a los sacerdotes diocesanos de la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia, y de la Diócesis de Sonson – Rionegro, que prestaban sus servicios en nuestras parroquias de San Antonio de Padua, Santísimo Sacramento y San Juan Evangelista de Sampues. Sus Obispos decidieron cambiarlos. Bienvenidos los que llegaron a trabajar con nosotros.

- En tercer lugar, les recuerdo que el Clero Diocesano es cambiado cada seis años según lo establecido por la Conferencia Episcopal. Eso ofrece renovación al Sacerdote y a la Parroquia, y oportunidad de rotar los carismas.

Este año habrá muchos cambios de párrocos. Se que eso causa pesar. En los laicos que han recibido el don del amor, desde la fe, a los sacerdotes; pero por la fuerza de la misma fe, reciban con amor al nuevo sacerdote. También sufren los sacerdotes, a pesar de su disponibilidad incuestionable que, adheridos a la fe en Jesucristo, ofrecieron el día de su Ordenación Sacerdotal. También ellos aprenden a amar a sus feligreses.

Todos nosotros, queridos hermanos, recorremos el camino de la fe dentro de las normas trazadas por la Iglesia. Amémonos como Iglesia. El amor se vive en identidad con la Iglesia, en la entrega generosa a los hermanos, y en la fidelidad al dueño de la viña.

Feliz Pascua de Resurrección.

Con cariño,

+ NEL BELTRAN SANTAMARIA
Obispo de Sincelejo.

Sincelejo, Marzo 26 de 2010.